20 feb 2007

Mis trolls I

Antes que nada, algo que me dijo un compañero de La Casa: ¿y si hubiera alguien --quien fuera; internet es ancho, largo y hasta grandote-- atizando más el fuego para que siga el... uh... problema con Nora Méndez y su esposo? Me refiero a que en los comentarios del post que está en este link --si no lo ha borrado; si ya lo borró, aquí abajito está el snapshot-- dice que le he dejado anónimos, y francamente no ha sido así; no tengo por qué meterme en su espacio. Si cree o no en mi franqueza, va de su cuenta. Pero puede haber gente que quiere que esto siga, y que se ponga peor, y que Nora se altere --en serio que se nota alterada más allá de toda proporción--, porque por algo los trolls son trolls, y está cayendo en el juego. Yo, mientras, sigo en el objetivo de este blog, que es hablar de mis trolls particulares, y algunos de mi esposa, los anónimos y los que escriben con nombre y apellido. Va primero el snapshot, con la traducción a texto del comentario (de verdad que esa combinación de colores es terrible; no deja que destaque el detalle del pollito):


Llave maestra dijo...

Y al "anónimo" que ya se quién es (no he publicado sus comentarios porque ya se imaginarán que son las palabras de don sapo y aquí no tienen cabida), como siempre, le digo: NO, no soy mi propio anónimo, le dejo de tarea imaginar quién o quiénes lo son... le parece? Y me avisa cuándo se entere.

6:53 PM


* * *


Ahora vamos a lo que vamos. Empecemos con un par de trolls "de bajo perfil"; uno de ellos dejó su nombre --creo--, y otro incluso su teléfono. Lo que me llama la atención del primero es que, a pesar de que le di las gracias por ocuparse de mi blog, se indignó porque lo hubiera ofendido, y basado en eso se dedicó a amenazarme y ofenderme. Es una dinámica bastante común en los trolls. El post original con todos los "comentarios" está aquí. En esos días Manuel Carcache me estaba acusando de que no soy músico, en lo que estoy de acuerdo, y que él sí, en lo que también estoy de acuerdo. (El problema fue cuando quiso demostrar que sabía de preceptiva literaria. Y pos allí no da una, ni es el caso.)

Anónimo dijo...

Rafael Ochoa, le llamo así porque creo que usted no merece llevar el apellido de su padre. Sí ya se que me va a contestar que esta frase no está a su altura y estoy de acuerdo´... sólo una ofensa de perfiles más bajos y oscuros lo estaría.
Es realmente patético el que usted nunca responda a los argumentos centrales, siempre por la tangente o por la sombra... Es patético que se ponga de víctima cuando usted no solamente ha herido a verdaderos artistas nacionales (queridos por mucha gente) sino que se atreve a valerse de sus amistades como el tal Figueroa, de su puesto y del apellido de su padre. Es risible que siempre siga los pasos de los otros como si fuera un niño y dice ya que tiene 47 años: "yo también hice esto, yo también conocí a estas personas...". Por favor amárrese los pantalones y sepa reconocer cuando su ego o megalomanía no tiene absolutamente nada qué remediar.
Me alegra que esté preocupado porque uno de los clamores en la comunidad de artistas y seguidores del arte es que todas las personas a las que usted ofende (no critica, eso es otra cosa)le interpongan una demanda. Ojalá y se animen sobre todo la poeta Nora Méndez, esa mujer tan valiente, honesta y capaz.
Yo que usted, me afligiría y pondría sus ancas en remojo.
Por cierto, me parece patético también todo ese asunto casi de amorío con el Sr. Manuel Carcache. ¿Qué dirá su mujer?, la suya por supuesto.
Carlos Alemán
Abogado


Rafael Menjivar Ochoa dijo...
[...]

Carlos Alemán, abogado: No tengo nada que argumentar, la verdad. Ni tiempo.
Gracias por escribir y por tomarte el tiempo de leer este mi diario personal.
Rafael Menjívar Ochoa, No Músico.

Anónimo dijo...

Ochoa, veo que ya se ha calmado bastante. Diario personal... qué raro suena, ya que siempre habla de la casa cultural del estado para la que trabaja y en su posición de director... ¿Agradezco a mi condición de abogado el que no me insulte? Lástima no haberlo pensando antes, me hubiera puesto poeta y ud. seguro habría dicho de mí barbaridades y claro luego tendría yo un buen argumento para que usted pase unos días encerrado donde corresponde... ¿Ya sabe de la nueva policía para delitos en internet? Espero que esto sirva de candado a sus insultos, tragedias y mentiras tan abominables.
Carlos Alemán.

13 de noviembre de 2006 10:16 PM


El tipo, obviamente, espera que lo mandara al diablo, lo cual no es mi costumbre, o creyó que por poner que era abogado iba a temblar, o algo. Y pues no. Nada más no me pareció que hubiera nada que argumentar, no que le tuviera miedo a que me metiera preso (ya me tocó alguna vez en circunstancias bien feas) por delitos "en internet". Como no firmó como "Abogado", no resistí jugarle una broma:

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Carlos Alemán, ahora no abogado: Lamento que estés enojado. Si hubieras dicho "poeta", hubiera buscado tu obra para saber con quién hablo; es la obra la que habla.
Lo de "abominable" me gusta. Da más caché que otros insultos, o suena más bonito. Gracias de nuevo por ocuparte de mi blog.


Anónimo dijo...

Ochoa: sí soy abogado. Debería leer mejor, por aquello de "Dime lo que lees y te diré quién eres".
Le agradezco las ofensas, de algo han de servirme...
Carlos Alemán, abogado.


Yo no vi las ofensas por ningún lado (y el que las vea que me las aclare), así que el tipo me hartó: prefiero a un troll broncudo que a un troll llorón.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

[...]
Carlos Alemán Nuevamente Abogado: A ver, desde ayer entendí el concepto: me llamas Ochoa porque no merezco llevar el apellido de mi padre, pero sí el de mi mamá. O sea que estás insultando a mi mamá. No me ofende de alguien a quien no me interesa conocer, y contesto en parte por educación y en parte para ver qué se te va a ocurrir en la siguiente respuesta. Te dije que no eres abogado para ver si te ofendías, y pues sí; para alguna gente las tarjetas de visita son más importantes que lo que representan. Va un chiste, aprovechando el comentario:
-¿En qué se diferencian un abogado atropellado y un perro atropellado?
-En que hay marchas de frenazos alrededor del perro.
No me malentiendas: entre mis mejores amigos hay abogados. Pocos, pero hay, y escriben muy bien. (¿Verdad, Vanessa?) [...]

Y ya. No volvió a escribir, o lo hizo como anónimo o con otra personalidad. No sé si fue porque no recibió la respuesta que esperaba o porque se preocupó por la honra de mi mamá. (En serio que ella no tiene la culpa.) De algo estoy seguro: si mi padre viviera, estaría compartiendo los insultos que me tocan a mí, y en algo me ayudaría; los imbéciles de siempre lo trataban bastante mal mientras vivía, pero se volvieron sus discípulos, admiradores y cultores de su memoria cuando todavía no había terminado de enfriarse. Me tocó hablar con varios y soportarlos en el velorio y el entierro. Lo mismo me tocó ver con Álvaro Menen Desleal (a quien espero no borren de Wikipedia): el mismo día en que lo internaban en el Hospital Médico Quirúrgico, de donde no saldría vivo, un poeta me hablaba de cómo había plagiado a Beckett y a Borges (lo cual no es cierto); cuando murió, no se perdió un solo homenaje y habló de él en público (diarios, tele, más homenajes) como un gran hombre, su maestro, etcétera. Y no fue el único.
Hubo otro troll efímero, en ese mismo post, cuando aún le tenía algún respeto y cariño a Manuel Carcache:

Anónimo dijo...

Rafa:
Si tanta falta te hace un hombre, yo podría hacerte compañía. Llamame, mi número es 7937 XXXX.
Paolo.


Quité las últimas cuatro cifras, desde luego. No sé quién sería Paolo, ni de quién sea ese teléfono, pero creo que al pobre dueño original debieron lloverle llamadas insultantes o... bueno... promisorias.

Rafael Menjivar Ochoa dijo...

Anónimo Paolo: Me parece que te equivocaste de blog. Dejo tu teléfono de todas maneras, por si algún visitante se interesa. Gracias por escribir.

Luego seguimos con otros trolls más interesantes. Mañana hay taller de periodismo y quiero prepararlo y estar descansado; ya ven cómo son los periodistas.

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